Se agrava la parálisis judicial bonaerense
Los empleados de los tribunales mantienen continuas medidas de fuerza desde hace casi dos meses; trastornos para los ciudadanos.-
LA PLATA.- María Laura, de 33 años, tuvo un accidente cerebrovascular y quedó en estado vegetativo. Su madre inició en marzo una demanda civil por mala praxis a los médicos que la atendieron en un hospital público. Pero ahora podría perder su derecho a litigar porque la causa civil está parada debido a la huelga de empleados judiciales que mantiene paralizados los tribunales de la provincia desde hace más de 50 días.
Carlos García tiene 44 años y hace dos que quiere divorciarse. Desde febrero último, logró que se agilizaran los trámites y ya tenía casi todo listo para firmar su separación, pero el paro de los judiciales impactó en los Tribunales de Familia y García tuvo que llegar a un acuerdo extraoficial con su ex pareja para poder ver a sus dos hijos.
Algo similar le ocurrió a María, que tiene pendiente una sucesión para administrar los bienes de su padre, Vicente, muerto en diciembre último, pero no puede cobrar la herencia, que le mejoraría la calidad de vida, debido a la medida de fuerza de los empleados judiciales, ya que no se pueden publicar edictos.
Las historias de frustración e indignación se repiten en los distintos tribunales de los 18 departamentos judiciales de provincia de Buenos Aires, que desde hace dos meses están virtualmente paralizados debido a un reclamo salarial que impulsa la Asociación Judicial Bonaerense (AJB). Durante todo este tiempo, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires admitió las dificultades existentes en el ámbito tribunalicio y suspendió por 19 días los plazos de los términos procesales en todo el ámbito del Poder Judicial de la provincia.
Sin embargo, eso no fue suficiente. "Perdimos mucho tiempo", dijo a La Nacion Juan Martín Mancino, que representa a Julia, madre de María Laura, en la causa por daños y perjuicios iniciada por presunta mala praxis contra los médicos del hospital público Ricardo Gutiérrez.
"Con el correr del tiempo, María Laura, que no tiene medios económicos suficientes para encarar una rehabilitación que mejore su calidad de vida, sigue sin respuesta de la Justicia. La reparación económica serviría, al menos, para alimentar la esperanza de que María Laura vuelva a ser la que fue", explicó la semana pasada el abogado frente a los tribunales paralizados con piquetes y quema de neumáticos.
La protesta -según anunciaron los gremialistas- continuará esta semana en los tribunales de los 18 departamentos judiciales. Sucede que la AJB volvió a rechazar una nueva propuesta que acercó el jueves pasado el gobierno de Daniel Scioli. "Primero, nos habían propuesto un aumento en forma escalonada: un incremento del 24%, a partir de marzo, y en una segunda etapa, en julio próximo, nos darían un incremento del 2% para llegar a un total del 26%. Eso fue rechazado. La segunda propuesta del jueves último fue un incremento único del 26%, retroactivo a marzo", explicó un vocero del gremio.
Las propuestas fueron consideradas insuficientes y rechazadas el viernes pasado por el congreso provincial de la AJB. El gremio exige un aumento general del 35% y anunció para pasado mañana una jornada de paro general en los 18 departamentos judiciales de la provincia. Además, hoy y mañana realizarán cortes de calles y asambleas en sus lugares de trabajo. "Mañana [por hoy] vamos a tratar de retomar el diálogo con el gobierno para encontrar una solución. El miércoles realizaremos un paro general al que nos dijeron que se plegará la Federación Judicial Argentina y alcanzará al todo el país", dijo el secretario general de la AJB, Hugo Blasco.
Las demoras en los tribunales debido a los constantes paros produce riesgos como el que tiene que correr Irene, que necesita una medicación urgente para tratar una psoriasis. Su obra social no la provee del remedio, y su abogado, Ariel Carrera, presentó un amparo en los tribunales contencioso-administrativos, para recibir la medicación en forma urgente. No tiene respuesta.
Historias de frustraciónTampoco tiene respuesta María. Tiene pendiente una sucesión para administrar los bienes de su padre, Vicente, muerto en diciembre último. Su madre, Alba, necesita disponer de sus bienes -acciones en una empresa de colectivos y vehículos por un patrimonio de 400.000 pesos- para sobrevivir dignamente. "No me puedo presentar como heredera porque no se pueden publicar edictos", dijo María.
Las historias de frustración y enojo se repiten en los tribunales de familia. Adolfo quiere volver a ver a sus dos hijos, de nueve y cuatro años, que fueron llevados por su ex mujer a vivir a Bragado. Su abogado ya planteó dos medidas cautelares sin resolución hasta la fecha.
Esas demoras, por ejemplo, fueron experimentadas por Carlos García, que desde hace dos años se quiere divorciar y no puede. "No puede ser que por un paro no me salga el divorcio. Con mi mujer no tenemos buena relación y cada vez que hablamos terminamos discutiendo. La medida de fuerza frenó una decisión judicial que podría haberme traído paz", contó el hombre, muy angustiado.
También se quejó María del Carmen, que prefirió no revelar su apellido, al igual que la mayoría de los entrevistados, para no perturbar sus procesos una vez que se levante el paro. "En mi caso, todos los meses tengo problemas con mi ex marido, que es violento y se me presenta en mi casa; cuando eso sucede, tengo que acercarme al tribunal para hacer mi descargo", dijo la mujer.
La abogada Graciela Peluse contó que, al igual que los demás abogados que trabajan en el fuero de familia, su tarea se vio entorpecida por la protesta de los empleados judiciales. "El paro repercutió negativamente en los tiempos para resolver casos como divorcios o guardas. Sin embargo, hay que reconocer que en casos extremos hubo una guardia similar a la de los hospitales", explicó la abogada. Un aliciente que conforma a muy pocos.
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