Los soldados de Cristina, tras la captura de un juzgado estratégico.
La muerte de un juez federal de La Plata y la ofensiva política de la Presidenta A través de La Cámpora, el cristinismo ya opera para controlar todo el proceso electoral en la Provincia.
Otras escaramuzas lanzadas desde el Gobierno ya están en desarrollo. Apuntan, con un criterio amplio, plural y democrático, a los tres principales candidatos presidenciales: Daniel Scioli, Sergio Massa, Mauricio Macri.
Según el punto de vista del kirchnerismo duro, los tres son opositores.
Los tres podrían demoler, llegado el caso, la compleja construcción de prebendas y beneficios levantada en esta década quizás para reemplazarla por una construcción similar, pero propia y que ha transformado a los funcionarios kirchneristas en millonarios, según ellos mismos admitieron en sus subvaluadas declaraciones patrimoniales conocidas en la última semana.
Para los otros posibles candidatos también habrá azote pero en dosis que se sospechan menores, en función del peligro potencial que representan para el poder en inexorable camino de retirada.
Algunas de estas operaciones pueden entrar en la categoría de picardías políticas. Un poquito pesadas algunas, pero picardías al fin. Pero el caso del Juzgado Federal de La Plata reviste una enorme gravedad institucional según alertaron fuentes judiciales. Se trata de definir quién manejará el aspecto legal de las elecciones que incluyen al 40% del padrón nacional, integrado por 10 millones de ciudadanos.
Y, más todavía, quién será el juez que conduzca, con el poder casi absoluto que le da la ley vigente, el proceso de selección de candidatos en las PASO. Allí la Casa Rosada apunta a inundar las listas legislativas y, si puede, los cargos ejecutivos, con representantes étnicamente puros de su propia tropa.
La impiedad política se exhibió temprano en este combate.
El control legal de las elecciones en la Provincia estuvo durante más de treinta años en manos del juez federal Manuel Blanco. Nunca contradijo, de fondo, ninguno de los intereses de los grandes partidos, empezando por el justicialismo. El martes pasado Blanco falleció después de pelearle al cáncer durante más de una década. Dos meses antes, sabiendo del agravamiento de su estado, los soldados de Cristina ya habían maniobrado para asegurarse la ocupación de ese juzgado después de su muerte.
Aprovechando que el Juzgado Federal 3 de la capital bonaerense está vacante desde hace más de un año por la jubilación del juez Arnaldo Corazza, los miembros oficialistas del Consejo de la Magistratura encabezados por el diputado Eduardo De Pedro y el secretario de Justicia Julián Alvarez, ambos miembros de la conducción de La Cámpora, empujaron la designación del secretario del juzgado 3, Jorge Di Lorenzo, como titular interino.
Pequeño detalle: por la características de las cuestiones que abordan, si hay vacancia en el juzgado 1 le corresponde ocuparse de sus asuntos al juzgado 3, y viceversa. O sea que si conseguían colocar al secretario Di Lorenzo como juez en el 3, se aseguraban la subrogancia en el 1 ante la eventualidad después cumplida de la muerte de Blanco. Así de fácil.
La resistencia cerrada de los opositores en la Magistratura impidió que la maniobra se concretara. Pero ahora están volviendo a la carga y la pelea será durísima.
Esto va a romper todas las reglas de juego, se alarmó un hombre del peronismo bonaerense de muy alto perfil público. Enrolado en el oficialismo aunque tiene diferencias comarcales con Scioli, este dirigente estimó que el kirchnerismo duro pivoteará sobre el control de la Justicia Electoral para amañar a su gusto la composición y validación de listas para las PASO del Frente para la Victoria.
Scioli, así, sería la víctima principal de esta jugada ejecutada por La Cámpora y alentada desde la Casa Rosada. Podría quedar seriamente amenazada su pretensión de ir a la elección como candidato a presidente con una lista de diputados que no haya sido escrita solamente por la lapicera de Carlos Zannini. Eso sucedió en las elecciones de 2007 a esta parte y el sciolismo, en el Congreso nacional y en la Legislatura provincial, es apenas una sombra que no mueve el fiel de ninguna balanza.
Si siendo candidato no podés armar tu lista de diputados ¿ quién va a creer que si ganás después vas a tener autonomía?, se angustiaba, sobre el cierre de la semana, uno de los hombres que trabaja más cerca de Scioli.
La onda expansiva de esta jugada también alcanzaría a la configuración de las PASO en el Frente Renovador de Massa, a quien el kirchnerismo puro y duro odia con casi tanta intensidad como a Scioli; a UNEN que encolumna a la estructura del radicalismo con figuras como Margarita Stolbizer, al PRO que parece decidido a jugar con María Eugenia Vidal como candidata para arrimarle a Macri los 15 ó 20 puntos necesarios para entrar en la segunda vuelta. Amplio, plural y democrático: habrá daño para todos y todas.
El recurso de nombrar a un secretario a cargo de un juzgado vacante fue impuesto este año por el kirchnerismo en el Consejo de la Magistratura. Pero no logró convalidación en la Corte Suprema.
Sucede que los secretarios letrados no cumplen el requisito constitucional de los jueces, que es ser nombrados con el apoyo de dos tercios del Senado.
La Corte tiene jurisprudencia puntual sobre esta materia. Y no contestó todavía un pedido de la Cámara de Casación que solicitó autorización para tomarle juramento como juez de ejecución penal a un secretario, nombrado por este mismo mecanismo.
Pero Cristina y sus soldados, ella y ellos fieles discípulos de Néstor Kirchner, tienen una tenacidad notable en la lucha por conservar y acrecentar el poder. Eso les da un valor diferencial que ninguna otra fuerza o dirigente político les ha podido equilibrar en esta larga década dominante.
Con esa determinación, y a pesar de las resistencias firmes que encuentran, ya consiguieron dar un paso hacia el futuro control electoral en la Provincia: hace apenas una semana, a través del mecanismo cuestionado, Roberto Lemos Arias fue designado juez subrogante en la Cámara Federal de La Plata.
Lemos Arias se desempeñaba hasta el momento como secretario letrado de uno de los camaristas platenses. El Consejo de la Magistratura lo nombró aceptando un pedido de la propia Cámara, que antes debió atravesar una ardua discusión interna y una votación definida por 4 a 3 en favor de los jueces afines al Gobierno. El ingreso de Lemos Arias consolida esa mayoría inclinada al oficialismo. El cargo que ahora ocupa estaba vacante desde hacía cuatro años.
Otro pequeño detalle: así como el juez federal tiene poder casi absoluto sobre las internas y elecciones primarias, el presidente de la Cámara Federal es quien encabeza la Junta Electoral que controla, ordena y valida las elecciones generales. La maniobra de pinzas del cristinismo apunta a cerrar todo el círculo. Algo así como tratar de jugar el partido con árbitros que lleven puesta su camiseta.
La batalla por el Juzgado Federal de La Plata aún tiene final incierto. Pero una alta fuente judicial de la Provincia expresó a Clarín su temor ante la posibilidad de que entre los flamantes conjueces de la Cámara Electoral, donde hay funcionarios del Gobierno y abogados alineados con las agrupaciones kirchneristas, alguno termine siendo asignado a la competencia electoral en La Plata.
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