Este mediodía, en una reunión con su equipo de colaboradores, Scioli instruyó al presidente de la Cámara de Diputados, Horacio González, y al vicegobernador, Gabriel Mariotto, para avanzar en las tratativas con los bloques parlamentarios de la oposición.
El objetivo es sancionar la norma en la sesión del miércoles próximo.
Condicionado por la limitación de ayuda por parte de la Nación y la escasez de recursos propios, el gobernador quiere ponerse a resguardo con un "paraguas" político que le permita profundizar las medidas que incluyen el pago del medio aguinaldo de los estatales bonaerenses en cuatro cuotas y una drástica restricción en los gastos de gestión.
Este martes se anunció la paralización de la obra pública. En ese rubro había comprometidos 6.500 millones de pesos y no se conoce cuánto fue ejecutado del presupuesto. Los recortes operan en medio de un furioso plan de lucha de los gremios estatales, que mañana realizan una huelga general. Los docentes, incluso, amenazan con no empezar las clases después del receso invernal.
Scioli intenta demostrar que las medidas antipáticas de demorar sueldos se corresponden con la sequía en las arcas del estado bonaerense. Y anoche expuso la peor cara del ajuste al firmar el recorte de subsidios a los colegios privados: serán casi 400 millones de pesos en el segundo semestre de este año y el gobierno tampoco pagará el subsidio correspondiente a los cargos de docentes suplentes.
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