La heroica lucha de la madre de Marita Verón contra la mafia de trata de personas.
Marita Verón desapareció el 3 de abril de 2002, luego de que salió de su casa en Tucumán para dirigirse a una consulta médica y según los primeros testigos habría sido secuestrado por un grupo de hombres que bajó de un auto rojo.
La joven tenía 22 años, una hija, y se sospecha que habría sido vendida en 2.000 pesos a una de estas redes. Su madre, Susana Trimarco inició una lucha que la llevó a infiltrarse en este tipo de mafias como prostituta, y liberar a 140 jovencitas víctimas de esta práctica.
Tres días después de su desaparición, Marita fue descubierta por la policía en la localidad de La Ramada, a más de 30 kilómetrosde la capital provincial, usando zapatos con tacones en lugar de las zapatillas que tenía llevaba cuando salió de su hogar.
Iba tambaleante, como drogada, un patrullero la levantó y los hechos que continuaron son bastantes confusos. Los policías dicen que la subieron a un ómnibus que volvía a Tucumán, pero ella nunca llegó a destino.
Todo indica que la chica había llegado hasta ahí escapando de una fiesta sexual, su primer destino de explotación. Y que la devolvieron a eso. Una prostituta, cuyo testimonio fue conseguido por los padres de Verón, contó que pasó por manos de un proxeneta, quien la tuvo en su casa y a los dos días la vendió en 2.500 pesos a una whiskería de La Rioja.
La investigación descubrió tres cabarets riojanos, "Candy", "El Candilejas" y "El Desafío", que operaban como tapaderas de prostitución, que fueron descriptos por la justicia tucumana como "lugares destinados al ejercicio de la prostitución donde hay un sistema de reclutamiento de mujeres incluso mediante su privación de libertad".
Una mujer liberada de uno de estos lugares señaló que vio a Marita con el pelo teñido y lentes de contacto celestes en "Candy". Si bien no volvió a tener contacto con ella, declaró haber escuchado una charla en la que una señora afirmaba que la joven se encontraba en España.
Dicha persona se llama Lidia Medina y está procesada por "privación ilegítima de la libertad agravada y promoción de la prostitución", al igual que su hijo y la esposa del mismo.
Por este caso también fueron detenidos Daniela Milhein junto a su marido y un oficial riojano transportando mujeres, quien habría tenido la intención. Los tres fueron señalados por la justicia y supuestamente tendrían la intención de llevar a Marita a Río Gallegos.
El caso se volvió emblemático por las derivaciones que tuvo, con evidencias de connivencia tanto policial como judicial y política con las mafias de trata del noroeste de la Argentina y de sus conexiones con otras redes que operan en el país y el extranjero.
La madre de Marita, Susana Trimarco libró desde la desaparición de su hija una lucha que generó numerosos cambios en la legislación sobre la trata de personas. En 2007 inauguró la fundación "María de los Ángeles" en Tucumán para prevenir y apoyar a las personas que sufren esta situación.
En los diez años que lleva de búsqueda logró rescatar a más de 140 mujeres y puso al descubierto redes de traficantes que operan en La Rioja, Tucumán, Buenos Aires, Córdoba y Santa Cruz.
El expediente judicial abierto tras la desaparición de Marita, en gran parte elaborado gracias a la investigación de su madre, es un auténtico manual de trata de mujeres que hoy tiene 13 personas esperando juicio oral.
Una segunda causa se abrió enLa Rioja, pero hoy está trabada en una red de corrupción con olor político.
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