El hecho sucedió en la mañana de ayer, alrededor de la siete, en el cruce de 813 y 898, La Paz, una zona humilde con mayoría de calles de tierra en la localidad de San Francisco Solano (Quilmes).

La víctima era policía federal y cumplía tareas en la división Delitos Federales.

Con este crimen, suman 17 los policías asesinados este año en las tres principales fuerzas de seguridad: 9 eran de la Bonaerense, 7 de la Federal y 1 de la Metropolitana (ver “Agentes caídos…).

“Todavía era de noche. Primero escuché la puerta de calle cuando mi hermanito y mi papá salían y al ratito se escucharon los disparos. Hasta acá se escucharon. Ahí nomás ya me imaginé que había sido mi papá y salí corriendo ”, le dijo Manuel a Clarín, uno de los hijos de Nieto.

El joven corrió hasta que llegó al lugar en el que había caído su padre. El hombre, vestido de civil, agonizaba apoyado a un árbol y junto a él, desesperado, estaba el menor de sus hijos, de 13 años. Los vecinos salieron enseguida a la calle y cargaron al suboficial en una camioneta policial que había respondido al alerta.

El hombre fue llevado de urgencia al Hospital El Cruce, en Florencio Varela.

Había recibido un disparo en el pecho y otro en una de sus piernas. Murió antes de ser operado.

“Fueron entre siete y ocho disparos los que se escucharon. El hombre estaba caminando hacia la avenida para tomar el colectivo. Vio venir a dos pibes, se dio cuenta que le iban a robar y alcanzó a proteger a su hijo, empujándolo detrás suyo.

Los dos asaltantes escaparon sin robar nada. Uno de ellos se había refugiado en una casa, no muy lejos del lugar del hecho. La Policía lo encontró escondido detrás de una medianera. El joven, de 19 años, había recibido varias esquirlas en una de sus piernas y el roce de una bala en un brazo. Fue atendido en una sala de Solano y en la tarde de ayer, cuando lo ingresaron esposado en la comisaría 5° de Quilmes (La Cañada), tuvo que hacerlo saltando en una pierna.

Según fuentes del caso, tanto él como el otro detenido, de 20 años, tienen antecedentes y viven en el mismo barrio en el que se cometió el crimen. Al primero se le secuestró una pistola Bersa calibre 22 y, anoche, la Policía se aprestaba a allanar la casa del segundo sospechoso en busca de armas. “Son delincuentes conocidos en el barrio. Cuando fue arrestado, uno de ellos aún tenía toda su ropa manchada de sangre”.